
Llego y llega la lluvia conmigo. Fugaz como la estrella que ví hace dos noches, lenta, cruzando el cielo.
Llego y me topo con la realidad que dejé olvidada.
Todavía no entra de lleno a mi, pero me está llamando quedo.
Y, aunque todos los recuerdos y memorias recientes están bajo llave, la tuya quiere salir.
Me sigue llamando, y la verdad, es que hago como que no escucho.
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