Pienso que tienes mi vida dentro de la tuya, o toda tu vida dentro de la mia.
Siento que entraste en mi camino, tomaste mi mano y simplemente comenzamos a andar juntos, sin preguntas y sin respuestas, sin conocernos, solo con leernos. No te pregunté nada, seguí mis instintos y mis sextos sentidos, mis intuiciones y no mis raciocinios. A esos los dejé de escuchar, y me gustó dejar de hacerlo.
Eso bastó. Para que entonces entraras de lleno en mis piensos y sientos. Para que pensara la mayor parte del tiempo que siento que me abrazas. Un abrazo permanentemente invisible, inasible, que de tanto sentirlo, ya no sé cómo se siente.
Y los quieros son tan simples pero parecen tan complicados.
No son quieros de otro mundo, nos son quieros imposibles.
Aunque digas que no siempre se tiene lo que se quiere.
¿pero, cuando son tan fáciles...tampoco son tan posibles?
Quiero abrazarte como siento que lo hago. Como imagino que quieres que te abrace, como tal vez lo deseas con ganas incontrolables. Como dos personas que se encuentran y con solo mirarse saben que se tienen que abrazar para sobrevivir. Desde el cuello acompasando la respiración con la tuya o la tuya con la mía. Y es tan fácil como complicado porque es como querer abrazar las nubes.
Y es que...
Siento que ves la luna al mismo tiempo que yo, pero pienso que no es así.
Que cuando yo ya dejé de verla, tu apenas estás decidiendo voltear los ojos al cielo para mirarla.
Pienso que no te veré otra vez.
Y siento que te miro todos los días con una cara inventada por mi, como los nombres de una sola letra, o el de dos, o el de todas tus letras, tan musical, tan petulante, tan redondo que también te he inventado y renombrado en otras mil formas con entonaciones y ritmos diferentes.
Y siento que te quiero, pero pienso que eso es imposible, aunque hubiera tres mil formas de quererte.
¿cómo puedo quererte si toda esta electricidad me la he inventado sola?
Y parece que te estás desintegrando en una máquina del tiempo. En esa que una vez ví en una película, donde se hacía polvo el que viajaba en ella porque salía en un tiempo equivocado. Te quiero tomar por los dedos y al tomarlos se deshacen en un instante tan rápido que no me da tiempo ni de sentirlos.
Y a veces quisiera que regresara ese tú, que en un brevísimo momento inventado me tuvo y tuve. Ese que me metió en sus sábanas y me abrazó logrando tal profundidad que se metió en los rincones de mi alma, tan mía, que quisiste hacer tan tuya.
Ese tú que no me seduce aún, que dice que en ningún momento lo ha hecho. Ese que me mete de repente una deliciosa daga en un lugar indefinido del cuerpo sin avisarme siquiera.
Ese que me piensa, pero que siento que quiere dejar de pensarme y de sentirme.
Ese que no está tan seguro de querer o simplemente no quiere querer, ni sentir, ni pensar. Tal vez está cansado. Poco inspirado. La realidad es que no tiene ninguna prisa y yo tengo toda la prisa del mundo. No quiero que se me vayan los segundos como se me han ido los últimos tiempos. No he aprendido a caminar aún, y ya estoy corriendo y pienso que tengo que frenar y siento que no quiero hacerlo.
Quiero ese simple abrazo que repito en el pensamiento, como tu hacías y me lo decías un día: "tu saliendo de tu vida, entrando en una nueva, soltándote de un abrazo y yo buscando uno".
Y ahora, cada noche, repito el mismo movimiento, tan mecánico y tan solo, para entrar en mis sábanas de algodón color fresa con pistache...Pensando y sintiendo que desde hace tiempo, quiero un simple abrazo. Un abrazo. Perderme. Vivir. Sentir. Soñar. Todo eso en un abrazo. Queriendo tu abrazo.
Y si... ¿Mientras yo me iba de una vida, tu entrabas en otra...?
Tal vez en un parpadear mio, en lo que me distraía con las nubes, con una gota de lluvia que me caía en la piel, con una estrella que me guiñaba el ojo, con una risa que soltaba y me dolía la panza de tan fuerte, te perdí de vista por un segundo, y tu encontraste ese eléctrico abrazo,lejos de ésta, mi galaxia?
Y por eso, en ese viaje en el tiempo, te equivocaste de salida por unos nanosegundos, y yo trato de asirme a tus dedos y se me desintegran.
Y es que...
Tal vez solo me queda suspirar, con media sonrisa en los labios queriendo pensar y sentir algo que simplemente he imaginado.
Pero algo, que me ha gustado sentir e imaginar.
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