En primavera las tardes se vuelven de todos colores. Los amaneceres dorados y blancos, tan fuertes, tan intensos, que parecen pornográficos.
Las bugambilias y las jacarandas a punto de explotar. Cargadas, pesadas, abrumadas con tantas flores.
Me marea la primavera. Me pongo celosa de todos sus olores, sabores y colores.
La luna se vé mas presumida que hace un mes en invierno.
Mas petulante, diría él.
Si. Casi como una diosa, digo yo.
Solo casi. Y solo un poquito mas.
La primavera: diosa omnipotente, dice mi poeta favorito...ese, que quisiera fuera mi amante y me recitara al oido, quedito, todas las noches, un solo verso. Uno solo.
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