miércoles, 19 de mayo de 2010

La fuente de los deseos


Estoy sentada en la banqueta de mi edificio.
Pensando y recordando.
Fui a la inauguración de la fuente de los deseos.
Me reí con mis hermanos, tome vino, comí muchos
merengues con frambuesas.
Iba entaconada, con mi rebozo de seda oaxaqueño
que tanto me gusta y mi cruz de Brigida en el cuello.

Y al salir de ese edificio que tanto ha significado
para mi familia durante generaciones, me topo con una
sonrientísima luna en cuarto creciente a la que le
sonrío de vuelta y me siento feliz de habértela
regalado un día porque es tan clara y honesta
e ilumina tan bien los caminos desde el cielo.


Y siento que estoy empezando a encontrarme...
La energía en mi cuerpo y alma se empieza a
mover de tal forma, que me gusta...

Eso le pedí a la fuente de los deseos la ultima vez
que estuve allí.
Ese día que todavía seguían arreglándola para que
quedara tan bonita anoche, ese día que la
ví sola con mi papá, y la fotografiamos antes
de anoche...
Para que todos los mortales, como yo soy siempre,
aunque a veces me sienta otras cosas,
pudiéramos pedir deseos que nos hicieran sonreir.

No hay comentarios: